Cuando tus pensamientos logran entrar en armonía -en un modo veraz, sano y abierto a un profundo crecimiento- es cuando el cuerpo comienza a distanciarse de la armonía que había alcanzado, en una especie de plenitud física.
Cuando uno deja de ser un imbécil pretencioso y vano es cuando emerge la auténtica sabiduría que coincide con una creciente decrepitud !
Ahí aparece la riqueza de la pobreza. Entender que lo que perdés es mucho menos que lo que ganas... aunque hubiera parecido muy atractivo....
Y que la decrepitud y la dependencia te ayudan a ver mejor quienes te rodean y por que: carencia, culpa, herencia... o por amor.