domingo, 26 de julio de 2009

Mejor no saber

Mejor que uno no tenga claro la verdad. La verdad es sagrada. Que mucha gente la utilice para generar poder en el peor sentido, con o sin "dogmas", es otro asunto. Pero es sagrada. Y, como el juego, si esas dimensiones humanas no están aún abiertas, o están atrofiadas por distintos motivos y combinaciones, entonces uno ha ido generando historias sin una percepción, sensación y elección de la vida real. Uno crea algo así como su Disneylandia a la medida de la moda y de las ilusiones; y eso no es vida.
Y, salvo Dios, nadie te enseña a vivir, porque te atrapan para sus intereses de todo orden... TODOS. El drama de estas aprensiones es que uno tampoco va a recibir lo saludable cuando aparece porque lo compara con esto: una vez un chico me decía "vos lo que querés es que yo sea bueno y justo como lo pretenden mis padres"... Y era justo lo contrario... estaba tratando a ayudarlo a que buscarla la bondad y la justicia pero por él mismo. Estaba tan habituado a mentir y a usar para sobrevivir como una especie de "comando"... que no se daba cuenta de que terminaba siendo un mercenario... Y, al querer ayudarlo... volvía atrás y se refugiaba en su dolor, que ya sabía cómo funcionaba, en lugar de atravesar el terror de la desolación para encontrar algo nuevo y saludable.
Dios es el ÚNICO que busca nuestro bien; no los caprichos o las inmadureces: con eso es implacable porque yo terminaría perdido en mi propia confusión, con miles de justificativos que me alivian como las drogas pero que, en realidad, me están matando, y tanto peor cuanto más dinero tuviere para conseguir las más sofisticadas.
Por eso, la gente en general, produce diarreas de dolor y sos el inodoro de los alivios... pero no un espacio de comunión para encontrar el perdón y la fiesta de la vida... El perdón se usa pero no se vive... porque, reconocerlo profundamente, pondría en cuestión el mecanismo patológico de superviviencia: la manipulación seductora... con violencia o con dulzura o con alternancias de ambas.
Es un riesgo... que vale la pena correr... Pero mejor no saber qué quiere uno... el tema es que eso madure a que me enseñen y no en agazaparse en el dolor para asaltar la clave de la verdad e intentar dominarla. En el Evangelio de hoy, después de la multiplicación de panes y pescados, se quieren apoderar de Jesús... y él huye solo... a la montaña. Porque no buscan el amor sino la panza llena... y eso es una pobreza infantil.

sábado, 25 de julio de 2009

Controlar versus vivir

Es MUCHO MÁS SANO no saber, que querer conservarlo todo. Porque, en lo primero uno puede -si está humilemente abierto- aprender. En cambio, en lo segundo se aumentan las tensiones y la confusión.

El problema es que, en un "aspecto", ambas situaciones tienen como un parecido exterior. Sólo en lo interior se puede producir la diferencia si uno puede equivocarse, pedir perdón, dejar, enfrentar el tomar algo nuevo.

Y, tanto más se complica cuando, a lo mejor lo "nuevo" es lo mismo de siempre desde otra perspectiva completamente diferente. No el probar nuevas experiencias a ver si alguna me cae. Es necesaria una reflexión profunda para aprender a vivir y no pasarse la vida prendido -sin mala intención... tal vez... pero, ciertamente con un sistema de miedos y controles- de lo último de moda.

Hace falta una sintonía profunda en la que lo que haga sea mi vida, y no un campo de experiencias de otros. Algo así como desarrollar una especie de "olfato" de la verdad. Que no es un absoluto aprisionante sino una condición de salud... para poder encontrar perspectivas y crear.

Un grupo de gente que creó "Abrir la Puerta" para enseñar a los niños a jugar, explican como, en el centro del juego, se libera una energía en la que la temporalidad pasa a un segundo plano y se abren canales de creatividad. Sin esa experiencia no hay crecimiento, para decirlo de algún modo... sino simplemente un pobre desarrollo... Que a veces puede parecer espléndido... porque encuentro un "nicho de mercado".

Jugar, en el sentido antiguo y profundo del ocio... es la gozosa actividad de la no actividad... que deja de hacernos pasivos y pacientes y nos torna creativos y abiertos. Algo de eso es vivir. No esperar que se cierre el "catálogo" de la felicidad , la tentación omnipresente de los "mercados"... sino entener que la vida no es un lecho de rosas aunque uno pudiera plantar un jardín.

Y nada tan estresante como pensar que va a ser fácil vivir. Y nada tan lejos de la sintonía con la vida como pretender fabricar "úteros" de tranquilidad. Crear, descansar, reparar... son vitales: y, como las dos cosideraciones al principio... el peligro, la tentación, es que se parecen a cosas que no tienen más que ver con la pobreza de la codicia y el miedo al aislamiento.

No sé

No saber lo que te puede pasar...es de lo mejor que te puede pasar. Porque, saberlo, es tratar de exorcisar el miedo de vivir y la energía puesta en crear fantasías socialmente aceptables.
El Amor no sabe lo que va a pasar: sí, sabe que va a amar. Que puede aprender a amar. Que el amor viene de una fuente como del agua y uno de una especie de chispa intelectual.
Y, lo que uno pide para los que quiere aprender a amar es sólo eso: que puedan percibir más clara y firmemente que lo único que no les faltará es el amor para vivir y atravesar lo que tengas delante.
El otro o la vida no son programables. La gente puede morir en cualquier momento. La gente se raya con facilidad e insospechadamente. Los otros pueden abusar y uno no tener posiblidades de responder a eso. Uno puede cometer errores imprevisibles algunos, pero dificilmente detectables y corregibles. Todo es como, al menos, parte del mapa de la realidad.
Pero lo que uno sí puede hacer, es aprender a amar... Pero para eso... mejor no saber y mejor es ponerse en las manos de Dios.
La tentación: ser un chico caprichoso; me pongo en sus manos... pero trato de seducirlo con cosquillitas o atraparlo con lamentos... para que finalmente, desdes sus manos, sea algo parecido al genio de la lámpara de Aladino: "Amo, tus deseos son órdenes"...
Pero eso fracasa. Porque Él JAMÁS deja de dar una mano; pero lo que hace, por misericordia, no significa que me esté ni avalando ni aprobando... simplemente me ofrece un tramo de vida para que me anime a salir de mis distintas formas de muerte... Y viva...
Si se puede programar, entonces, no es amor y no puede haber fidelidad.
En el amor hay fidelidad, no porque algo brinde seguridades, sino por comunión en la misma verdad y el mismo bien... con la riqueza personal. No es algo externo. No comprable. No medible ni por mercados ni expectativas.
Para el artista el oro es sólo un material que produce un efecto estético... el problema es si podrá tener el dinero para comprarlo; salvo para el pervertido, que pone el oro, no por belleza, sino para exaltar la codicia de quien se ha hecho rico a costa de los demás y quiere, con el brillo de las cosas, tapar sus viejos dolores de oscuridades aparentes... oscuridades a veces con más luminosidad que los brillos... pero que ha caído en comprar las historias de los mercados... "sólo se ve bien con el corazón... lo esencial, es invisible a los ojos".
En el programa SIEMPRE hay intereses y, su pobreza, se sobrelleva con los "gustos"... pero, lo que no te cuenta... es que SIEMPRE también, hay que pagar "expensas"; entonces, jamás habrá verdadera delicadeza y generosidad... sino sólo juegos compensatorios para salvaguardar contactos, intereses, influencias...; los orgasmos, también entran dentro de las expensas, como las caricias o los "pobres momentos" compartidos... aún cuando estuvieren rodeados de esplendor decorativo...

miércoles, 15 de julio de 2009

Ambigüedad

La ambigüedad nunca se domina ni se controla. Ella gana SIEMPRE si uno pensara ingenuamente en poder llevarla o domesticarla. Uno termina domesticado por ella y se crea, entonces, un estilo de vida mentiroso. En eso es que digo que el hagoloquepuedo es una transfugada TOTAL con todo el mundo, empezando por uno mismo.

La ambigüedad sólo se cura con la verdad. Y la verdad produce dolor, pero sana; y, la fortaleza que surge de la verdad, es INDESTRUCTIBLE. Porque tiene consistencia; y, cuando hay amor, entonces la dificultad no importa.

Por eso yo pienso que, para casarse, no hay que PROMETER crecer -la gente promete todo tipo de cosas con tal de no "perder" los "contactos" para sus intereses... vidas de "agenda"...- sino que uno tiene que ver que el otro ha abierto y despertado sus mecanismos internos de crecimiento y todo está funcionando bien. Lo cual, como el caminar de un niño, no supone que no pudiere haber trastabilladas y caídas y golpes y corridas al hospital... pero el chico está caminando.
Otra cosa son las dilaciones con entretenimientos gratos. Y, acá, en los supuestamente adultos, la sexualidad juega un papael crucial: el del GRAN ENTRETENIMIENTO con afectividades atadas a carencias y fuertemente inmaduras y con gustos muy primarios porque son más que nada físicos, permitiendo el cerebro sazonar con todo tipo de cosas que no existen en la realidad delante... una especie de vidas virtuales.

Por eso el retraso de las pulsiones y el no ponerlas como la tinta del contrato. Y el abrir toda la ambigüedad para que la luz cure la duplicidad y la tentación de gobernar el bien y el mal en función de fantasías autodestructoras -aunque gratificantes en el primer momento- esa claridad... es IMPRESCINDIBLE para que haya un principio de amor verdadero, sano y libre.
No se puede consentir la ambigüedad. Por eso, las personas que hacen de ella su respiración, no toleran no estar a la altura, porque no tienen la humildad planteada de ir creciendo y se agazapan en el hagoloquepuedo.

La gente miente porque no aceptamos, ni vivimos ni nos planteamos lo que dice la Sgda Escritura: "no pretendo grandezas que superan mi capacidad, sino que acallo y modero mis deseos como un niño en brazos de su madre".

Entonces, entre ofendidos por haber sido descubiertos y defraudados, dentro de nuestra propia fantasía labrada con TANTO esfuerzo ... entonces o nos desmoronamos y... ahí el suicidio incluso, o nos hacemos más arrogantes, mentirosos y fantasiosos.

La humildad, en cambio no nos apoca ni clausura en conformismos de "mediocres" o de "perdedores"... sino que nos pone en nuestro LUGAR EXISTENCIAL: el único en el que y desde el cual podemos vivir con amor.

La persona que no tolera la verdad lo vive todo como inestabilidad.
Uno se siente vacío cuande se vivencia como si fuera un auto. Y va al altar a buscar la nafta... Vida MI SE RA BLE.

Si uno estuviera vacío, Dios sería un monstruo. La alegría no está afuera, los dones no están afuera. Uno tiene adentro todo lo que necesita. Lo de afuera es sólo ocasión de encuentro para la comunión pero no comida como combustible.

Por eso es de TERROR usar lo de afuera para llenar vacíos internos. Eso es no percibirse a sí como persona y no entender la verdadera sede de los dones y los recursos. El exterior es el espacio sólo de expresión y de encuentro. Por eso NO ME FALTA NUNCA NADA. Y los santos pueden decir, sanamente, "sólo Dios basta".

Cuando esto no está planteado la existencia es como vivir de feria con la angustia de que los "mercados" estén o no abiertos y del precio de cada día... y de cómo cerré mi "book" en la operatioria de ese día... con el aditamento supremamente alienante, de que los mercados, salvo horarios de fines de semana... siempre permanecen abiertos: y el Domingo mismo ya podés estar conectado con Asia... Te queda a lo más, algo de Sábado libre para dormir y reparar... El resto son "alivios" de las tensiones, llenados con colecciones más gratas... cositas... Y, por las noches, la recorrida y visita a la galería familiar. Y, cuando hay estética, hasta parece haber "arte"... pero todo es perversión, sin belleza.

Dios es genial

Por eso inspiró el sacramento de la reconciliación: lo más profundo es sólo para Dios, uno mismo, un psiquiatra y/o alguna persona que mire SOLO
con amor maduro.
Uno puede querer a alguien pero esa persona ser o rayada o trastornada. Y el diálogo entonces, no es para encontrarse sino para coleccionar. Y uno puede coleccionar cosas, no gente: porque la relación caería bajo reglas de "mercado".
Y uno puede abrir hasta donde es mirado con amor del que viene de Dios y no de los juegos y combinaciones de los afectos en la coctelera del cariño. Si uno le pide a Dios y se pone en sus manos, no en su poder, El ayudará. A Dios le fascina la felicidad. Y entrego a su hijo Unico para que nos diéramos cuenta.

martes, 14 de julio de 2009

Ver lo que hay que ver

Escuchar es buenísimo para resistir la tentación de fabricar viejos sistemas de seguridades. Si uno está abierto y no tiene temor de tener que andar protegiendo su sensibilidad, entonces escucha más.

Las decisiones no se dan de un modo "inconsciente". Uno tiene que elegir en la vida y para eso, cuanto más conciencia, más claridad. Y, en la claridad, uno ve la oscuridad del otro y la de uno mismo... cosa menos fácil y menos común aún. Uno puede ver lo que le molesta o lo que le hizo mal, y eso no es ni pálidamente la oscuridad: la oscuridad, tiene que ver con motivaciones profundas, esas que enraízan mi existencia en buena o mala tierra.

La servicialidad de mucha gente es prontísima y muy precisa: como para tenerlo al otro atontado y anestesiado por la comodidad y la facilidad y, a ESO, confundirlo con AMOR. No todo lo rápido es eficaz; podría ser fruto maduro de una adormidera afectiva. Y como todos los grandes imperios, la molicie es madre del derrumbe así como la codicia es principio del final abrupto.

Eso digo de la oscuridad: ver lo que no quiero ni querría ver porque no podría perdonármelo y siento que no me lo perdonarían. Pero, quien ama, no consiente ABSOLUTAMENTE NADA de lo que le daña, porque sería consentir para estar disponible para el otro. Y quien AMA invita a algo mejor que siempre es posible... salvo para los callados juegos de intereses que buscan el cotrol; ser dueños del bien y del mal.
Claro, en el rango del "hago lo que puedo" que es el gran escondite del juego de poder en la "limitación humana" todas mentiras escabrosas y escondidas tras todo tipo de amabilidades. Lo bueno, como el oro, se ve en el crisol y con el tiempo. La conducta que no dura y no se ahonda es porque era otra cosa diferente de esas ilusiones seductoras del primer momento. Los grandes errores son sucumbir a estos atractivos juegos de amantes que no van a ningun esponsorio del alma, ni lo buscan.

Muchas veces cuando la gente busca una familia, lo que busca es algo así como un sueldo fijo. No alcanza para las ilusiones de un futuro promisorio. Pero sabés que tenés algo seguro conque contar; algo así como un "palenque donde rascarse" y todo el resto va a estar siempre condicionado a todo tipo de eventualidad que pudiera servir a los intereses inmaduros pero "ventajosos". Total, siempre tienen el espacio fijo, atado con "escritura" donde volver y que se puede manejar con total antojo.
Vidas atadas pero sin vitalidad de vínculos, flotando en el mercado más grande e histórico del mundo: el afecto. Con la moneda de todo tipo de ventajas... Y aventado con brisas de anestésicos... El "mundo" es experto en proveer esto... Y uno compra fácilmente...

Algunos dicen que es mejor pasar cosas por alto. Pero, cuando nos fabrican un remedio o nos operan, no queremos que pasen "cosas por alto". El Buen Dios dijo: aunque sus pecados sean rojos como la grana, yo los haré blancos como la nieve. No es un compromiso o algo más o menos en el medio para que todos ganen algo y nadie sienta que perdió mucho. Alguien puede poner paños fríos en la intemperancia de un conflicto, pero no sirve para vivir.
La verdad no es fácil ni de ver, ni de recibir ni de tragar, pero está LLENA DE VIDA y, esas cosas, sólo se ven a la larga. Pero no incoscientemente sino cuando todo lo flotante se une y se ilumina en un momento de verdad.

lunes, 13 de julio de 2009

Llegar a ser lo que uno es

Saber lo que uno quiere, trabajar y sentir cada vez menos el miedo a perder. Para poder ser cada vez menos el de "antes" pero más uno mismo. Limar esos miedos será una tarea de toda la vida... y aunque, en arrebatos es bellísima la percepción de sí mismo.

lunes, 6 de julio de 2009

No esperes del dinero...

Dicen que el dinero no hace a la felicidad pero, calma los nervios...
Creo que, el dinero no calma los nervios, sino que aumenta la enfermedad. Ante la inmadurez de falta de una conexión profunda y verdadera, el dinero provee medios para intentar escapar de los miedos y de fabricar presencias gratas.
Nos da posiblidades de explorar fantasías que no llevan a ninguna parte, y puede ser un escalón para seguir hundiéndonos en otro escalón de la codicia, la vanidad o la comodidad.
Cuando no hay vínculos verdaderos y sólidos (sólidos no significa inmutables o invulnerables... sino constituidos no sobre una emotividad carenciada, sino sobre una percepción real del otro como PERSONA) entonces el dinero permite todo tipo de entretenimientos y ocupaciones: desde los "altruismos" a los egoísmos más rastreros y ramplones. Pero sólo ocupaciones, huídas subterfugiadas.
Si no hay madurez, el dinero no aporta nada. Es la fina cuerda con la que se va ahogando lo poco que va quedando de humanidad hasta no quedar nada.Y ahí mismo, sobreviene la muerte del ser humano. ¡y la posibilidad de la Resurrección! pero, para eso, es necesario despojarse de la piel del orgullo y volverse indefenso como un niño y percibir otro Padre que nos lleve a despertar y enseñar a vivir a la persona que tenemos dentro, con todos sus recursos. Esto SÍ, calma los nervios.

miércoles, 1 de julio de 2009

El aislamiento como oportunidad

El aislamiento por esta epidemia, nos ofrece algo parecido a lo de los hermitaños que tenían que dejar las aglomeraciones urbanas para salir de los "virus" de los locuras e inmoderaciones.
Y el hermitaño "aislado" podía encontrar algo que lo social no le daba: la percepción sana y solitaria de sí mismo; su propio don. Sin el cual no aportaba a la sociedad sino que se convertía en un mero consumidor. Algo así como: no hay mal que por bien no venga.
Claro; salvo que el bien resulte insufrible y uno se niegue a leer lo que la oportunidad te ofrece... porque viene empaquetado con envoltorio intimidante.