lunes, 27 de mayo de 2013

Lo único que no se puede perder

Uno podría perderlo todo... Por error propio, por el paso del tiempo (de hecho la salud es lo más preciado para quien no tiene otra cosa: le permite ganar su jornal; y lo menos valioso para todos: nos morimos y no sabemos cuando), por engaños o abusos injustos/brutales de otros.

Pero jamás perderemos el amor de quien nos ama -...realmente- o si eso faltara (puede pasar), jamás nos faltara el amor a nosotros mismos... Porque el amor cuya ternura jamás defeccionará es el Amor de Dios.

Fuimos engendrados en su ternura y seremos recibidos y somos esperados en su inmenso abrazo de ternura... en el medio, tenemos al amor como una vocación, misión, como el puente para ir desde ese primer origen al encuentro definitivo...

ESA es la ÚNICA certeza absoluta... al menos en uno de los sentidos más profundos de la libertad.
El amor nos despega de la tentación ficticia de crear otras seguridades para poder entrar en una peregrinación en la que "elegimos" para poder crecer. Gran parte de la gente solo se desarrolla y capacita solamente,,, sin saber QUIENES son, de donde vienen y para que están: es como una existencia solo basada en papeles... acta de nacimiento, historias clínicas, documentos personas, libretas de casamientos, informes financieros, escudos genealógicos... Une "vie" en papier mâché"...

Y lo de los padres.
Los progenitores son los de los sacrificios: fertilidad,embarazo, parto, crianza, cuidados, responsabilidades... Son con quienes tenemos más contacto físico y mermelada afectiva: los "traumas" -más o menos vivenciados- son abismos más o menos agudos y anudados de la distancia entre lo físico y la "mermelada"...
Los primeros, en un plano más físico, son sólo importantes... En general se apropian d eso para generar monopolios que se sostienen con seguridades y se crean mafias afectivas para sostenerlas: adentro, todo... afuera: ostracismo de la polis...
Pero los buenos primeros saben que sólo son los primeros: el primer reflejo del amor divino que pasa diferente por el corazón del hombre y de la mujer y que se unen en la comunión del encuentro elegido y delicada y firmemente respetuoso. Hay otros, miles, que proveerán estímulos para que cada uno elija aprender a descubrir quien es y no quede atrapado en el laberinto de quien puede construir y vender!

domingo, 5 de mayo de 2013

La felicidad

La felicidad no procede del control sino de la afinación con la verdad y con el bien; de una comunión de amor. Pero es necesario destrabar esas potencias espirituales, limpiándolas de los modos afectivos de la posesión y del control que proceden del miedo: a no contar, no me llamen, no ser incluído, no conseguir mis seguridades. Y aprender a vivir desde adentro, desde las raíces... y DESDE más-allá

sábado, 4 de mayo de 2013

el hombre ligth

Ser bueno define la esencia de algo: algo ES bueno significa que, en la entraña de su ser y de su modo de ser es bueno.
Estar describe un estado, transitorio, que puede modificarse con más o menos facilidad.
En la cultura contemporánea en que la gente tiene terror de cosas "fijas" y prefiere que todo sea modificable o intercambiable según antojos o necesidades del momento.
Cuando la gente no tiene entidad ni identidad propia sino sólo o sobre todo, juegos de intereses y busca fabricar reaseguros de seguridades y éxitos. En esa cultura lo juvenil, adolescente, que es lanzado... pero espera que papá le pague las cuentas "hago lo que puedo" (cuando no le salió bien; porque, si le saliera bien, es emperador de su logro o éxito...)... en este mundo de zapatillas y de informalidad, falsamente tomada como sencillez o espontaneidad... se diluye lo esencial, la verdad, la entidad, lo permanente.
Y se crean sistemas legales que "avalen" ese estado de provisoriedad interesada y mutable... Y hay gente cada vez más "pelotuda"... lo que significa, cada vez menos conectados consigo mismos y factores de sistemas virtuales, mentales de vida.
Ahí, no hay auténtico placer. Lo que llaman placer es la efluencia de emociones según el grado de deterioro psíquico-anímico... con un condimento de competencia y de llamar la atención... más privada o más públicamente... a través de los "alardes"... que esconden inseguridades...