Creo que, si uno le pide a Dios conocerlo, Él no se negará. Claro que el proceso puede ser diferente a las introspecciones reparadoras a las que uno está acostumbrado.
Ser "sanado" en el sentido divino... diría yo... no es lo mismo que ser reparado. La sanación busca y encuentra una libertad. Y libertad no es autonomía. La libertad percibe un bien que no creo ni me doy y que no puedo controlar.
Tampoco busca sumisión de esclavos sino un camino hacia una plenitud que proviene de una fuente superior... no controlable. Algo así como la confianza en un proceso terapéutico médico, cuando uno está internado y podría parecer cautivo y a merced del poder de otros... Pero no es eso.
La autonomía son algunas reglas buscadas y halladas que permiten desbloquear grandes sectores anquilosados de diferentes formas. Y esa regla eficaz puede ser la base de una energía exitosa.
Como si me hubieran despreciado y ahora, con el acervo de aquello por lo que se burlaron, ahora puedo probar el poder de la eficacia de eso y una superioridad ante la livandad de los otros. Eso me puede dar éxito, pero al mismo tiempo sumirme en una oscuridad peor: la de la vanidad, la codicia y la dependencia... de probar a los demás que estaban equivocados y que finalmente "destrabé" y ahora soy exitoso.
En general, eso termina generando empobrecimiento de la propia capacidad porque uno deja de percibir y se afianza en medir, superar y sobrepasar y sobresalir...
1 comentario:
un placer total leerte y quedarme pensando en la sabiduria de tus palabras y tus "llegadas" a donde te lleva el destrabe del piloto automatico....
increible....para cuando tu libro Javi????
liliana politano
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