jueves, 22 de enero de 2009

Soltar

Mundo peligroso: creer que progresar es acumular logros en vez de perder miedos.
Como Job: vivir bien lo que hay delante. Si se desarticulan miedos con verdad y sin voluntarismo la libertad puede fluir con fuerza propia.
El progreso no consiste en el rendimiento sino en la liberación progresiva de los miedos. Porque los dones, al no tener bloqueos avanzan espontámeamente; más fácil y prontamente. La dificultad está en las seguridades que pudieren resguardar miedos que uno no se atreve a enfrentar. Entonces con el voluntarismo uno crea seguridades que parecen entidades sólidas y que, en general suelen dar algun tipo de resultados. Uno se ceba con eso y continua construyéndolas y dándoles forma.
Es normal sentir miedo pero no "tener" miedos como una especie de acervo de posesiones negativas, usualmente fruto de experiencias que tienen que ser revisadas para dejar lugar a sensaciones y no a estructuras. Terminamos siendo "custodios" de estructuras patológicas, socialmente aceptables o esperables y exitosas...que nos distancian de la fuerza que brota en nosotros mismos. De percibirnos a nosotros y de percibir el propio sentido de la vida. A lo mejor tenemos que hacer lo mismo; el punto es desde dónde lo hacemos.
Cuando Job pierde todo, tiene mucho más que cuando poseía bienestar, porque no tiene miedo, lo atraviesa y sólo lo siente. Entonces termina teniendo mucho más que al principio porque no tiene que vivir para cuidarlo sino que vive con eso y sobre eso, pero no para eso. Y todo el desgarro del desprendimiento fue una bendición. Uno podría negarse las bendiciones prefiriendo coleccionar vientos e ilusiones concretables, pero es desastroso.

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