miércoles, 10 de octubre de 2012

Job, el amor, el interés y la gracia

No es para probar nada... es para purificar todo. No es despiadado: el resultado es superior a la prueba... En un punto él se enfurece porque siente que tiene "derecho" a algo... Y no tenemos derecho a nada... Todo nos es dado sólo para poder amar.
La seguridad tiene mucho que ver con eso: no amar por amor sino por lo que nos aporta. No amar al otro sino a lo que el otro o lo otro me otorga. No sólo que no es incondicional -aunque nominalmente se lo tuviese por tal- sino que es altísimamente interesado... Sólo ama cuando hay gratificación... al menos la de tener o seguir teniendo algo... la costumbre... y, sobre todo, si hay otro u otros que te lo alivian o mantienen...
Job es probado. Como todos somos probados. Y la prueba nunca es una necesidad de verdad para Dios que ya sabe... sino para nosotros que no queremos ver...
En Job y en todo su entorno hay una evolución enorme: su mujer acepta a Dios sólo cuando la complace... sus amigos sólo ven retribuciones y culpas... Y él tiene la posibilidad de saber a quiénes tiene delante... Y darse cuenta de que no tenía nada... ni a nadie...aunque hubiera tenido la "sensación" de tenerlo todo...
El amor no es para la gratificación -eso así, aislado, es una masturbación existencial- sino para la comunión, el respeto y la fidelidad en todos los planos y órdenes de vinculaciones...
La crueldad está en jugar con eso, guardando algun tipo de "propio" interés oculto... eso sí, es cruel... Para consigo mismo, porque te distancia de vos y para con los demás, porque te aisla de la posibilidad de amarlos... para caer en la tentación de acomodarlos... como piezas de un ajedrez... de algun tipo u orden de confort... 

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