sábado, 7 de marzo de 2009

Encuentro y confianza; no intercambio

De tanto vivir bajo las deudas del afecto y en las "redes" de los afectos no llegamos a constituir vínculos con las personas. Y ahí los problemas del romanticismo inmaduro y las exageraciones: sos la mujer de mi vida, el hombre de mi vida, adoro a mis hijos, mi mejor amigo o amiga... Una cosa es percibir el lugar de una persona y cuidarlo y otra es tener que pagar la deuda constante de exageraciones, con una constante postergación saludable de uno mismo en pos de una dependencia aseguradora.

Miedo al aislamiento y a quedar abandonados por no poder atravesar la frontera del terror y aprender, gozosamente a estar solos, para poder brindar y recibir amor; lo que implica decir "sí" pero también "no, basta o se acabó".
Sólo la verdad tiene propio sustento, como propios cimientos. No necesita aditamentos para ser sólida. Es como la vida de los niños: dan por sentadas cosas y se desplazan por la vida. Uno diría que es por la incociencia de no tener que ganarse la vida y conocer los peligros de la vida social. Pero en realidad es confianza. En Dios. En la vida.
Algunos se preguntan; "si existe Dios, por qué tengo esta vida"?. La realidad puede ser dolorosa, pero es la realidad primero y, además, uno tiene recursos. Pero no los recursos de la capacitación: la facilidad de haber comido y tener salud y un sentido de protección o contactos por el origen. Eso se puede perder todo y, si me baso en esa gratificación no salgo del círculo de la dependencia y de tramar historia sin tener vida.
Los recursos son los dones de la persona. Las potencialidades que, percibidas y trabajadas se constituyen en virtudes. Y eso es la trama real de una persona. Y esto ya estaba en Sócrates o Aristóteles. Superado y ampliado por el horizonte de la caridad con Jesús; con una restauración y sostén en la gracia. Un amor paciente y misericordioso y con poder de resurrección; no de varita mágica, como suele encantarnos y encandilarnos el mundo de nuestras ilusiones histórico/histéricas.

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