jueves, 27 de marzo de 2014

felicidad publicitaria

El amor ama más y mejor cuanto menos necesita... cuánto más necesita menos hay amor... hasta el grado de la compulsión... donde no hay nada más que fantasía y enfermedad.
El trazo entre la mirada y la enfermedad es la fantasía que lleva a las ilusiones: un refugio de viejas heridas que busca recrear un presente grato... pero sin felicidad.
Una felicidad publicitaria y satisfactoria... pero sin verdad ni amor: el signo es que no hay crecimiento.
En la gratificación hay gusto y una especie de obesidad existencial. Aumento el gusto y un tipo de goce. Pero, al no haber crecimiento no hay vida ni amor: para eso es la libertad, para crecer. Despegarse del poder atractivo de los gustos y la seducción de los juegos de poder afectivos de otros y elegir y avanzar. 
Uno no abandona a los demás sino que los recibe de un modo completamente diferente... No más seductor y publicitario...

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