martes, 30 de junio de 2009

La pasión no es ciega

Ninguna potencia humana es ciega, de otro modo, Dios nos habría creado defectuosos y no para disfrutar.
Lo que hace que sea ciega no es la potencia en sí misma sino el pecado. La pretensión de "exprimir" el gusto según el propio antojo... porque, ingenuos, no percibimos que eso suele más bien estar atado a la historia y no es la expresión profunda del ser humano. Y, la historia es siempre variable... en cambio, la expresión profunda, es un desarrollo siempre creciente... mientras la libertad se sostenga fielmente en esa línea.

Precisión, no menor. Porque suele confundirse con la pasión la compulsión más o menos obsesiva... eso no es pasión sino enfermedad... Y, muchos "apasionados" son en general más bien enfermos. Que no tienen una vida armoniosamente abierta a desarrollarse en diferentes dimensiones sino que agotan toda la energía en una especie de hiperconcentración "potente" y "rendidora".
Es una pena porque sacan lo que no corresponde para lo que no va bien, aunque pueda dar resultados provisoriamente satisfactorios. Sólo la sabiduría incorpora el tiempo para mirar; no sólo la simpleza de "proyecciones" optimizadas por la propia necesidad de fantasía.

No hay comentarios: