martes, 28 de octubre de 2008

Lo imperecedero

Estamos llenos de gente que ha hecho grandes cosas y nunca ha pensado en el bien de nadie, ni siquiera en el suyo. Transcurre atrapado en pagar la eterna deuda hipotecaria de sus carencias, de las que espera ser liberado por la gracia de una dolorosa, pero liberadora, muerte.
Jesús dijo: "al que tenga se le dará, y al que no tenga se le quitará aún lo poco que tiene". No es una injusticia ni un premio al más arriesgado. Simplemente que lo que se nos da, no es para esconderlo y conformarnos con otros "incrementos", muy valiosos para la sociedad, sino para vivir más verdadera e intensamente, porque sólo así uno da lo mejor de sí mismo.
Y es posible que como fruto uno encuentre sólo el fracaso, porque a la gente lo que le interesa es lo que cree que le conviene.
En cambio la fidelidad a sí mismo y a la verdad, no se pueden perder por que la entidad de la verdad dura eternamente. Pero son riesgos a correr y uno elije.

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